Es la sopa más conocida de Yucatán, a todos les gusta mucho por su sabor delicado. La magia de la sopa consiste en utilizar gotas y rebanadas muy delgadas de lima (Citrus limeta), que se distingue por su piel arrugada de color verde con una especie de pezón en uno de sus extremos.
No espere una sopa ácida o de sabor fuerte; de hecho, el sabor de la lima es tan sutil que puede resultar imperceptible. El chile dulce es una variedad muy aromática típica de la península de Yucatán, vale la pena tratar de conseguirlo o puede sustituirse por pimiento morrón.
En la mesa siempre debe haber una salsa picante, como la tamulada de chile habanero o ixnipek, para que cada comensal añada el picor que desee. Aunque sólo se sugiere con pechuga de pollo, algunas recetas antiguas incluyen mollejas e higaditos; sin embargo, estos dos ingredientes no me agradan en la sopa y creo que le hacen perder su sutileza.
Procedimiento
Disuelva el recado y la sal en el caldo. Añada la pechuga, tape y cocine hasta que el pollo esté cocido. Retire del caldo, deseche el hueso y deshebre la carne. Pruebe y ajuste de sal el caldo y reserve por separado de la carne.
En un sartén, caliente el aceite y fría la cebolla ligeramente. Añada el chile y el jitomate, y cueza hasta que el jugo del jitomate se haya evaporado. Retire del fuego y reserve (deberá obtener ½ taza de este preparado de jitomate).
Coloque una porción de pollo deshebrado en cada tazón (40 gramos aproximadamente), 3 cucharadas de tiritas de tortilla fritas, 1 cucharada copeteada de preparado de jitomate, 1 rodaja de lima, 1 cucharada de jugo de lima y 1 pizca de ralladura de lima. Añada el caldo bien caliente y sirva inmediatamente.